Los almendros son los más impacientes y los primeros que presienten la primavera; enseguida sacan sus flores blancas. Durante el resto del año nos pasan totalmente desapercibidos, un árbol bastante simplón, pero estos días destacan sobre el paisaje verde haciéndose visibles por muy escondidos o lejanos que estén. Salpican las sierras y los caminos dando un toque de luz al ambiente, que diría un decorador. Me recuerdan a los árboles de Navidad llenos de bombillas encendidas.
Además del toque luz de los almendros, estos días son preciosos para pasear por el campo. El clima es el ideal, ni frió ni calor, «cero grados», Las tardes van siendo más largas, el sol pasa más tiempo con nosotros y calienta, la brisa es fresquita y se agradece cuando estás haciendo ejercicio al aire libre.
Hoy Javier y yo subimos a la sierra; buscábamos pinturas rupestres. Aunque no siempre las hay, nos gusta cuando descubrimos algunas como hoy, y siempre nos merece la pena la subida, porque nos encantan los lugares donde se asentaban nuestros antepasados. Todos tienen unas vistas asombrosas desde las terrazas que siempre presiden los abrigos y cuevas. En ellas, ademas de descansar y tomar el sol, me imagino que observando el valle, recopilaban mucha información sobre lo que pasaba en el. Sigo imaginando que en cada tribu existirían expertos con vista de lince, los cotillas oficiales o vigías encargados de mirar, a los que no se les escaparía ni un detalle; cuantas reses había, donde comían o dormían, también quien se acercaba a su territorio, cuantos pasaban por el camino… No sabemos qué significan las rayas y símbolos que pintaban en los muros, ni quién sería el encargado de hacerlos, pero seguro que estaban muy organizados, y que tenían muchos conocimientos y habilidades diferentes a los que tenemos en la actualidad, pero no menos importantes ni valiosos, pues gracias a ellos estamos hoy aquí y no nos hemos extinguido. No me gusta verlos como personas atrasadas. Ellos conocían y sabían cosas que nosotros desconocemos porque no las necesitamos hoy para sobrevivir. Me gusta imaginarlos como hombres y mujeres fuertes, ágiles y rápidos, felices y divertidos. Me maravilla ver como hemos evolucionamos y me recuerda que aun seguimos haciéndolo.