-Ya sé que me quieres mucho
pero te voy a dejar,
no me gustan tus consejos,
no me dan tranquilidad.
Nunca me aclaraste nada,
lo tuyo viene y se va,
lo que dices que está bien
mañana ya no lo está.
Siempre me sacas de aquí,
del ahora, de mi hogar.
Hace mucho que no atiendo
a quien me viene a visitar
-Yo sé cómo distraerte
conmigo puedes escapar
de todos esos pesados
que no te dejan en paz.
-No quiero seguir huyendo
ya no quiero correr más
abrazare lo que venga,
no escaparé nunca más.
-Y cuando te pongas triste
¿Cómo te consolarás?
-Hablaré con la tristeza
y le daré su lugar
-Y si viene la impaciencia
¿Cómo la vas a tratar?
-Que gusto verte mi amiga
Siéntate en este sofá
-¿Y cuando llegue aburrido?
Dime lo que vas a hacer.
-Pues me sentare a mirarlo
y tomaremos un té.
-Y a nuestra querida envidia
¿Qué le vas a decir tú?
-Quédate a cenar conmigo
cocinaré un buen cuscú.
-¿Y que va a pasar conmigo,
no me dejaras pasar?
Siempre me has necesitado.
No me puedes repudiar.
-Tú también tienes tu sitio.
Tú siempre serás mi amiga,
pero de ahora en adelante,
no escucharé lo que digas.
La amiga se sentó allí,
poco a poco se apago,
ahora solo se la oye
cuando se la llama a acción.

Me encanta ¡¡¡