-Me duele mucho aquí.
-Pues ponte allí.
Le dijo a la rana la mariposa feliz.
Y siguiendo el buen consejo,
la rana de un salto se plantó muy lejos.
-Ya estoy allí
he cambiado de lugar,
y sigue doliendo igual.
¡Otra vez me equivoqué!
Aquí tampoco es
donde por fin se está bien.
-Yo no me supe explicar,
o no me entendiste tú,
no hay que mover tu casa,
tienes que mover tu luz
-¿Mi luz?
-Tu casa está muy oscura,
apagada y fría está,
no cambiaras nunca nada
llevándola a otro lugar.
Tu luz está despistada.
Perdida tú luz está,
buscando en otros lugares
vagando de aquí para allá.
Mueve tu luz, tráela a casa,
deja de distraerte y vagar,
ilumina tu presente
aquí es donde debe estar
desde tu casa caliente,
desde tu iluminado hogar
nunca más sentirás miedo
y veras con claridad.
La rana siguió el consejo.
Su casa comenzó a brillar
Se la veía desde lejos
rezumando bienestar.