He oído que la alcaldesa de Madrid quiere que los universitarios limpien las calles.
Me parece una idea estupenda: universitarios limpiando las calles. Esta muy bien, para responsabilizarlos del espacio que compartimos todos: las zonas comunes. Al cuidarlas pasas a sentirlas tuyas, te sientes responsable de su estado, y con el tiempo comprendes que cuando haces mal uso de ellas, estás atacando tus propios intereses, tu propio espacio; y al final descubres que atacar tu propio espacio no tiene sentido. Te vuelves más respetuoso y ya no solo cuidas las calles de tu ciudad, respetas cualquier espacio en el que te encuentres, cualquier ciudad que visites, dejas de tirar papeles al suelo, te gusta ver las calles limpias, las disfrutas y aprecias un jardín bien cuidado, unos bancos en buen uso…
Se empieza respetando el espacio y el siguiente paso es respetar a las personas que lo comparten contigo. Entiendes que al igual que no tiene sentido atacar el espacio que compartimos y que es nuestra responsabilidad, la de cada uno, conservarlo, tampoco tiene sentido atacar y desconfiar de las personas. Empezaremos a respetarlas y a verlas como parte de nosotros dentro del gran espacio en el que estamos experimentando la vida, representando esta gran obra cada uno a su manera y según sus creencias, sabiduría y circunstancias.
Empezaremos a ver el mundo y a las personas desde otro punto de vista: desde el respeto.
Lo que no llego a entender es porque solo van a recibir esa educación los universitarios, no deberíamos privar a nadie de ese aprendizaje. Porqué no los parados, los políticos, los jueces, los profesores… y no solo en Madrid, y no solo en las calles de las ciudades, también en los caminos del campo, las playas, los ríos los parques, jardines… todos tenemos el derecho y la obligación de aprender a respetar todo lo que nos rodea.